DevOps

Como usuarios, ya estamos acostumbrados a que Twitter, Facebook, Netflix estén mejorando su aplicación de manera permanente. Encontramos nuevas características y/o mejoras a las existentes de forma constante. No tenemos que esperar a que pasen meses para que liberen la nueva versión. Decimos que tienen una “entrega de valor” continúa hacia los usuarios: valor para el usuario final, además de garantizar la calidad de lo que se está liberando.

Desarrollar software y salir a producción (operarlo) son actividades que, en las empresas, típicamente han sido manejadas por grupos funcionales distintos. Mientras que Desarrollo piensa en "sacar a producción nuevas funcionalidades", Operaciones piensa en mantener el sistema estable. Esto ha creado una tensión entre los dos grupos dado que Operaciones no quiere correr el riesgo de sacar a producción funcionalidades que no estén suficientemente probadas o que puedan entrar en conflicto con lo que ya existía y, por otro lado, Desarrollo se queja de los largos tiempos para sacar las nuevas funcionalidades o mejoras a la aplicación.  Estos problemas pasan en empresas cuyo negocio no es el software, pero donde el software es un soporte importante (casi todas) y también en empresas cuyo negocio es el software y atienden un público amplio de usuarios. Estos problemas no permiten la entrega de valor continua a los usuarios.

¿Cómo lograr esta entrega de valor continúa?

Las prácticas de DevOps intentan dar respuesta a esta pregunta. DevOps es el acrónimo en inglés de Development and Operations.

Unir Desarrollo y Operaciones significa que hay confianza en que lo que se va a entregar funciona correctamente, que la infraestructura sobre la que se va a desplegar está claramente definida y que una vez liberado, se podrá monitorear el estado del sistema para reaccionar lo más pronto que se pueda ante un fallo y si es necesario, volver al estado anterior sin perjudicar a los usuarios.